jueves, 29 de diciembre de 2011

Turista entre tu boca.

Y te beso y siento que rompo puentes, que poco a poco los destrozo, entonces tu boca se convierte en una ciudad en ruinas donde se acaba la soledad y angustia, que mi aliento llega poco a poco a tu ciudad como un atrevido viento que desea  convertirse en un ciudadano tuyo y  mis manos  llegan trayéndote calma, llegan para definirte, para definir tus ojos, tu boca y  tus mejillas, te tengo todo entre mis manos,  te conviertes en lo que mis dedos definen poco a poco, y te miro y siento que el mar oscuro de tus ojos se vuelca todo hacia mí, pero mis ojos entran a ti como extranjeros, me siento una turista en tu ciudad, mi aliento ya no es tuyo, mi boca no te toca  y mis manos no tocan tus limites, y sigues y sigues construyendo puentes, puentes a donde no tengo acceso, entonces mis ojos se vuelven restringidos, y lejano estas ya de mi.

martes, 6 de diciembre de 2011

Efímero intento de un fracaso

Tengo esta genial idea en mi cabeza, hay café pero no bebo  también llueve un poco, en realidad llueve mucho, me pongo triste porque mi casa no tiene ventanas y la lluvia no le da tiernos besos al vidrio que no existe, el sonido de ella se escucha lejano, lejana estoy yo entre cuatro paredes, la idea sigue ahí, el reloj llora, nadie lo quiere y es despreciado, el reloj ríe, por que es malvado y le gusta vernos sufrir por un poco de el, el reloj tiene melancolía por que también quiere detenerse, su vida pasada fue mejor y extraña el pasado, el reloj se queja porque esta cansado y viejo y no le dan descanso, pero sigue ahí, solo diciendo tick, tack, tick, tack, aunque el mio nunca dijo eso, no lo hace aún. Decido salir y sentir un poco la lluvia, me encuentro que las calles están vacías, hay cuerpos en ellas, pero ninguno de ellos tienen caras, solo sobreros de colores y de diferentes formas, algunas son pequeñas, otras muy grandes, otras normales, algunas son coloridas, otras bicolores, otras solo de un color, olvido la razón por la que salgo y me dan ganas de entrar, también en busca de un sombrero, regreso, busco entre las cosas y no hallo ninguno, vuelvo a salir, sin ninguna protección, expuesta a la linda y dulce lluvia,¿ a donde voy?, la idea sigue en mi cabeza, no hay tinta para escribir ni papel para crear, pienso en visitar a alguien, pero no hay nadie por aquí, me siento triste y busco entre mis ojos, hallo lo que busco y pronto salen mis lagrimas pasando desapercibidas ante la lluvia, ah si, un dato importante para los extraterrestres, la lluvia moja al igual que el agua y ciertas sustancias mas, tiempo después me siento tonta y dejo de llorar, pienso en extraterrestres y sonrío, simplemente voy al parque, esta vacío, la culpa la tiene toda la lluvia, otra vez la lluvia, al momento me pongo a pensar en la soledad de la lluvia, en la tristeza de todas sus habitantes, de cada gota y su familia, de su corta vida, de su niñez, de la felicidad que sienten cuando salen de las nubes, cuando se encuentran con otra gota y se enamoran, volviéndose una sola y preparándose para la muerte, para chocar rápidamente contra el suelo, Si la gotita nace gorda su vida es aun mas triste, un día le escuche a mi profesora de física que las gotas gordas caen mas rápido, mi cerebro trae una rápida imagen de la profesora, olvidándose un rato de la lluvia y sus miserables habitantes, pienso en mi profesora, muchas veces en clase me imagino un poco su vida, que hará después de clases, tendrá algún esposo, hijos, ira al gimnasio, quizá tiene un amor secreto, llorara por su soledad, soy positiva y me quedo con la mejor imagen de ella, pienso que es feliz con su gato en algún apartamento de esta ciudad, vuelvo a mi casa sin respuestas, un poco mas vacía que antes y con un poco de gripa que adquiri. Esta idea sigue, cojo un   esfero y la libreta para escribir, intento buscar las palabras adecuadas y nada sale, arranco la hoja, la boto, intento otra vez, y lo mismo, esta vez no arranco nada y simplemente con cierto cariño tachoneo todo lo escrito, Miro mi triste reloj y voy a dormir, con esta grandiosa idea en mi cabeza.

3 parte, Chica de fresa

Encaminamos un viaje hasta los cohetes rojos, nos transportaban no tan rápido, más bien de una manera lenta, que nos permitía rozar nuestros cuerpos con gente totalmente desconocida para nosotros, pero ahí estaban, encerrados en su mundo, con sus caras cabizbajas, queriendo llegar a su destino, encontrarse con ese alguien, con ese ser, con ese hogar, con ese trabajo, con ese colegio, con ese no se que, con ese no se cuando, con ese destino incierto para nosotros. Ya era de noche las estrellas aparecían tratando de alegrar un poco la noche, un poco nuestras vidas, llegamos a su casa, donde solo estaba su padre, en este momento nuestros cuerpos tomaron caminos diferentes pero nuestras almas seguían juntas, como era posible que yo pensara todas estas cosas conociéndola tan poco tiempo, tal vez ella tenía razón, si nos conociéramos más a fondo probablemente nos desencantaríamos uno del otro y toda la magia que había tenido “esto”, esto que no tenia nombre, que no tenia pies ni cabeza ni mucho menos corazón, desaparecería, por un momento me pareció conveniente que entonces sería mejor no conocernos y seguir cada uno con nuestras vidas, nuestras vidas aburridas, tan iguales a todas.
Al pasar de los días la chica de fresa no se había aparecido por mi vida, me encontraba bien, quería verla pero esa sensación de extrañarla me gustaba, me gustaba mucho, como que quería dejar todo a manos del destino, aunque en realidad no supiera el significado de destino, mis idas al bar eran algo que hacían parte de la rutina, ahorrar plata, ayudar a mi madre, entonces venia a mí la idea de que tenía que buscarla, como un cazador busca su presa, yo la quería atrapar, cazar, de pronto los días que no había estado con ella comenzaban a parecer semanas, o quizás eran semanas que parecían meses, el tiempo en realidad no importaba, el asunto aquí era que necesitaba oler su cabello tan solo un segundo, quería arriesgarme a desencantarme con ella aunque sabía que era algo imposible.
Pase por su casa, error, su casa no estaba todo había desaparecido, un frio espantoso apareció en mi cuerpo, que se suponía que había sucedido, como tenía que responder a esto, tal vez como ella decía todo era un sueño y tenía que ir de nuevo a la realidad, su casa si estaba, pero sin ella, de que carajos me servía su casa, sin ella, sin ese espíritu encantador, efectivamente había casa, había techo, paredes, ventanas, puertas, pero no había nada adentro, vacio, vacio, vacio, a donde demonios se habían ido, pero como pudo irse sin dar explicación, en realidad no había necesidad de explicar nada, un simplemente Hasta la vista, Hasta nunca, fue un placer conocerte, nos vemos en la otra vida hubiese bastado y sobrado.
Que se suponía que tenía que hacer, buscarla, en cada rincón de esta ciudad, debajo de las piedras si fuese posible, esto me hizo pensar que no tenía derecho de reclamarla, nunca fue mía, nunca la tuve, no compre un boleto para ganármela, su corazón nunca estuvo en venta y si así lo fuera no hubiera dudado en comprarlo y tenerlo para mi, esta chica llego y en pocos días movió m mundo ahora ya no estaba ella, estaba su casa que no me servía para nada solo para recordarla, decidí timbrar en la casa de al lado, jah, mala idea Juan, donde había quedado ese espíritu, esa hermandad, eso de ser amables, mierda, ahora quedaba claro que en esta ciudad, cada uno se preocupaba por lo suyo,  no quedaba alternativa alguna, solo dejarla ir junto al viento, junto a su cabellera roja, junto a sus labios rotos como ella , y junto con  todo lo que ella implicaba.
-          Hola Juan
-          Hola María
-          Que pasa, todo bien con esa chica
-          Cual chica de que hablas
-          Bueno es obvio que hay chica porque hace ya bastante no vienes por aquí, tienes una cara que grita: Soy estúpido y la deje ir por eso quiero emborracharme y le pediré a María que me sirva una cerveza.
-          Mira tú solo limítate a servirme la maldita cerveza o si no me voy al bar de al lado
-          Bueno está bien, ¿al menos puedo acompañarte?, mi turno ya acabo
-          Está bien solo si dejas de hacerte la psicóloga conmigo y paras de analizarme.
-          Mi intención no es esa para nada, solo quiero ayudarte, siempre hemos sido amigos y creo que alguna vez fuimos novi…-No la deje terminar no podía escucha esa palabra-
-          Bueno si vamos a evocar historias del pasado mejor irme
-          Está bien, está bien, nada de recuerdos melancólicos por el momento
-          No tienen nada de melancólicos querida María, seguimos hablando, seguimos siendo amigos, lo único que cambio entre nosotros fueron esas estúpidas etiquetas de novios a amigos.
-          Y qué hay de los sentimientos, ya no nos es permitido eso de darnos besos, caricias, eso de huir de la soledad
-          Quien dice que no, en este momento podríamos estar comiéndonos la boca sin que a nadie le interese, solo es cuestión de que queramos pero no es el caso
-          De eso no puedes estar del todo seguro Santa María
-          ¿Ahora nos llamamos por los apellidos?  Eso ayuda para enfriar nuestra relación ¿verdad?
-          Sabes que en el fondo siempre habrá espacio para ti, es más, creo que mi corazón es tuyo, por ley te pertenece, por eso que se llaman recuerdos, sentimientos o amor , si en el esta tatuado tu nombre, tu olor está impregnado en el, solo que ya no lo quieres, de hecho nunca lo quisiste, entonces ahora solo quiero tratar de ayudarte, aunque verte siempre hará las cosas más difíciles
-          Jah, donde quedo eso de no recordar las cosas del pasado
-          Perdón, yo también necesito desahogarme.
-          Todos necesitamos de eso María, hasta yo, por eso vine hasta aquí en busca de ti no para contarte nada, ni hacerme la estúpida víctima, solo es cuestión de que estés ahí, sin decir nada, ni siquiera es necesario que te muevas, porque sabes, siempre es necesario tener alguien hay, que nos acompañe, solo para que la soledad huya, salga corriendo asustada, te contare que me pasa si así lo quieres.
-          No, no lo quiero, porque cada palabra que pronuncias serian como balas que queman mi piel.
-          Entonces quedémonos aquí, disfrutando de esta cerveza y nuestra compañía
María, que rayos le pasaba a María, porque de la nada venía a decirme todas esas cosas, ella siempre tan decidida, tan soy muy ruda que me vomitaría en tu cara, y ahora viene a mostrarme su lado dulce, su lado manzanita, perita, y tal vez fresita, Si es cierto que fuimos novios, pero ella partió y me dejo, por un momento estuve triste, me hizo entender que las mujeres podían entrar sin avisar por tu puerta, impregnar su tierno olor dentro de ti y después huir, huir como si nada. No es que su olor siga aquí en mi corazón pero duro ahí por un tiempo, Supongo que ese olor salió para dar paso al olor del pelo de esa chica, la chica de fresa, porque el amor es un pacto entre sabores, olores, humores, y yo quería firmar esa clase de tratado con ella pero ella huyo a un lugar donde yo no podía encontrarla, estábamos en una especie de laberinto, un laberinto con mil salidas para ella y una única salida para mi, mi salida era ella y cuando marcho, cuando se largo, quede solo en este laberinto, pero llega María, María ofreciéndome otras mil salidas, pero yo como que no quiero escuchar, como que quiero ahogarme junto a su recuerdo.
Llegue al bar, era un día bastante gris, las nubes andaban perezosas y no quisieron salir, yo quería tampoco salir, dejar que mi vieja me hiciera el desayuno y después se fuera, pero no, no podría ser tan, tan mal hijo, entonces salí al bar, apenas pise el sitio a mi nariz llego ese particular olor, debía de estar loco, ya estaba alucinando con su olor.
-          Juan una chica te está esperando
-          ¿Estás seguro que es a mí?
-          Si dijo claramente que necesitaba a Juan Santa maría.
-          Gracias.
¿Quién podría venir a buscarme?, pensé en María, pero si era ella no tenía ganas de verla, también contemple la posibilidad de que quizás fuese Sara, pero no, eso solo ocurría en mis sueños, donde ella venia a buscarme y me decía que no me había olvidado, claro, en mis sueños, pero con cada paso que daba su olor llegaba cada vez más fuerte, golpeándome, pude confirmar esto cuando di otro paso, una cabellera roja poco a poco se asomaba, me buscaba con sus pequeños ojos inquietos y al verme una linda sonrisa se le dibujo en su rostro, cosa extraña esto que pasaba en ese pequeño bar, dos corazón latían bastante fuertes, tratando de salirse y encontrarse, unirse y respirarse cerca, si todo eso pasaba en aquel bar, y nadie se daba cuenta de esto, solo los dueños de esos corazones, solo ella y yo, toda esa rabia que pude haber sentido hacia ella como que había desaparecido pero no podía derretirme como azuquítar y rendirme ante ella, no le sonreí pero en mi mirada trate de reflejarle lo mucho que la había extrañado.
-          Sabias que este bar es el más difícil de encontrar
-          Es el más conocido de la calle, solo era cuestión de preguntar donde mueren algunos sueños y llegas, así fácil.
-          Preguntaba, sabes donde esta mi amor, jaja crees que alguien me dio respuesta
-          ¿Y quién es tu “amor”?, lo has encontrado
-          De hecho sí, creo que tu eres, o podrías serlo, o no lo sé, solo vine a arriesgarme, a saltar sola o contigo, sé que he desaparecido por un tiempo, pero eso no importa, ahora estoy aquí, dependiendo de tus palabras, puedo quedarme aquí contigo bebiendo te o irme..
-          Desencantémonos un poco más uno del otro, ¿te suena?
-          Entonces estaré aquí hasta que te des cuenta que apesto
-          Entonces te mantendré aquí por un largo tiempo..


jueves, 1 de diciembre de 2011

¿El edificio sigue ahí?
ahí esta Eva, y toda esa gente nos mira.
¿Porque nos miran?
tienen envidia de nuestras miradas soñadoras, o quieren matarnos.
¿Estamos desnudos?
Creo, siento aire ahí.
La ciudad se apago.
Yo también senti lo mismo
Los carros como que vuelan
Si, agáchate que nos arrancan la cabeza
¿el cielo nos trago?
No Eva, pero la ciudad esta TEMBLANDO
¿Temblor en la ciudad?, Adan, tengo Frió.
No, la ciudad ya se cayo, mi pene estaba temblando.
¿Ya morimos?
Tienes que hacer tantas preguntas Eva, mi pene tiembla y tu te preocupas por si se acabo el mundo.
Soy muy vieja, mis senos están caídos.
Y yo no tengo pelo.
¿Tuvimos nietos Adan?
¿Tuvimos sexo Eva?
Y las personas
Ya no hay personas, solo estamos tu y yo
¿Que es esto?
Estas encima mio, eso es, ¿ porque no prendes la luz?
La luna esta muy lejos, no se como prenderla
i'll see you on the dark side of the moon.
Porque cantas pink floyd, voy a llorar.
Las lagrimas no tienen donde caer.
Mira ahí va alguien, Adan,Adan, mira
ah mira ahí esta el edificio
Y los carros
Ah mira, el viejo que nos miraba
Bogotá sigue fría.
Frio esta mi cuerpo
no tenemos ropa
Mierda, no tenemos ropa.






lunes, 28 de noviembre de 2011

PARIENDO LETRAS



Si tienes miedo al agua, pero quieres hundirte y sumergirte, hazlo dentro de un mar de letras.

El llanto de las mariposas

Me levante, un poco desubicada, sin saber en dónde estaba, sin reconocer las frías, blancas y acogedoras paredes que me envolvían cada mañana, ninguno de los objetos que me rodeaban estaban. Intente levantarme, varias veces lo intente, entonces mis brazos se pasearon a donde usualmente se encuentra el fémur, el fémur no estaba, ni mucho menos la piel que lo envolvía, Mi piel, Mis piernas no estaban, habían desaparecido, huido de mi,  mis ojos lentamente las siguieron, pero el sol de la noche los cegó, inmediatamente dirige mis 10 gusanos que llevaban por nombre dedos a mi boca, el gusano índice se situó en mis labios, estaban en su lugar, inmediatamente decidí gritar, pero fueron gritos totalmente mudos, el lugar donde me encontraba, era un lugar solitario, una laguna metafísica que mi mente había construido, solo me encontraba yo, y mis locas piernas corriendo de mi, cerré mis ojos con todas las fuerzas, y al abrirlos espere verme convertida en serpiente, nada de esto paso, en lugar de ello dos alas me habían salido, y en un abrir y cerrar de ojos mis brazos desaparecieron, aprovechando que tenía dos bellas alas, las agite sin saber cómo lo hacía, levemente mi tronco despego y en un par de segundos ya me encontraba en el cielo, era un cielo verde y en lugar de estrellas titilando habían un par de peces, miles de peces con grandes ojos, todos observándome a mí, sin duda me asuste, intente gritar, a mi tercer intento mis alas desaparecieron y un pez estrella me consumió, dentro de este carnívoro pero lindo pez todo era bastante colorido, incluyéndome a mí, mi piel había cambiado de color, supongo que para combinar con el lugar, poco a poco acogía un tono lavanda, mis piernas volvieron a mí, con un tono de tristeza me confesaron que les hacía falta, no pude negarme y las recibí con un gran abrazo, mis brazos a un no llegaban, al pensar en ellos no hubo más remedio que llorar, en lugar de lagrimas, en lugar de agua, de mi salían mariposas, lloraba mariposas hermosas de diferentes colores y formas, mi llanto de la nada, paso a ser triste y melancólico a alegre, cuando estaba a punto de desesperarme porque todo en el  estomago de aquel pez era alegre menos yo, apareciste tú, tu de un color verde, me entregabas mis brazos, entre risas me dijiste que ellos fueron hasta a ti, buscándote, que cada dedo mío paso por tu cara  definiéndote, que el dedo mas chiquito de mi mano izquierda se situó en tu boca y rompió a llorar porque no estaba mi boca para sentarse junto a la tuya, me colocaste mis dos inquietos brazos, y salimos de aquel feliz, carnívoro y gigante pez estrella. Tú no me besaste, y yo tampoco me atreví, sentí que fuimos corazones que soñaban con respirarse cerca pero eran cobardes.
La mañana se asomo matando este sueño que ahora te relato, me desperté, mis brazos y piernas estaban en su lugar, las paredes y objetos no se habían movido, y ¿tu?, tu estas perdido en algún sueño mío, lindo y desconocido pez. 

lunes, 3 de octubre de 2011

Segunda parte



Al día siguiente me levante un poco desubicado, pero por una extraña razón me encontraba en mi casa, a mi desgracia pensé, cuando me levante mi mamá no dudo en darme el desayuno, la dosis diaria, y no, no eran huevitos chocolatico y pan, eso para mí había acabado hace rato, era la misma cantaleta de siempre, escupía y escupía palabras, ya me sabia todo su discurso, todo siempre era igual: Usted qué piensa de la vida muchachito, despierte mijo, la vida es algo más que musiquita o que cree que esa guitarra le va a dar de comer, ahí se cansaba, venía a mí y me daba un tierno beso en mi pelo, después se iba a pelear con el gato, ahí, esa mujer, esa mujer de ahí es una dura –pensé-, pudo sacarme sola adelante, no necesito de un hombre, yo nunca tuve padre y pienso que nunca lo necesite, nunca me hizo falta nada, siempre fuimos solo ella, yo y el gato, bueno y mi familia, mis tíos, mis tías, en fin ellos, muy de vez en cuando íbamos a visitarlos, mi vieja era medica, por eso insistía en el que yo estudiara eso, pero no, yo no podía, simplemente al ver sangre, me cagaba, me daba algo, y un medicó que le tenga miedo a la sangra si está jodido, si iba a estudiar, iba para ser músico fin del asunto, yo estaba ahorrando apenas consiguiera la plata, me inscribía y ya, esa era mi gran pasión aunque me muriera de hambre ese era mi sueño y no lo iba a botar a la basura tan fácilmente, aunque eso era lo que menos me importaba en este momento, solo quería vivir la vida, sin complicaciones, sin ataduras, quería tragarme el mundo, ir a otras dimensiones, no preocuparme por ti ni por mí, solo vivir, y si lo admito no quería crecer quería quedarme aquí donde estaba, porque me daba miedo las responsabilidades, me daba miedo decepcionar a el mundo por eso me hacia el despreocupado, pero no era cierto, en mi interior todo decía GALLINA, SOY UN GALLINA, entonces me acorde de Sara, tenía que saber porque no había venido a verme, de seguro todo tenía una explicación lógica y razonable, tenía  que saber que había pasado con esta chica, la chica de fresa, la seducción en cuerpo de mujer sin duda era ella, sin pensarlo dos veces, me bañe, me arregle y pase casualmente por su casa, por cosa del destino ella miraba hacia la ventana con su mirada perdida, su cara gritaba: Hey amigo, estoy triste, sola, sigo queriendo escapar, mis pies están firmes en la tierra pero mi mente y corazón vuelan por los cielos, haya no hay ataduras, por favor bésame, bésame las tetas si quieres pero hazme sentir viva, llévame a bailar con las estrellas, yo usare un vestido rosa y entonces giraremos, giraremos sin parar, ella pareció verme, me sonrió y grito: Juan, Juan, que bien que hayas venido , ven, pasa , mi papá no está, rápido, no tenemos mucho tiempo, quiero decirte algo, pero corre muchacho, mis pies obedecieron ante las peticiones de aquella niña, entonces entre, me encanto estar en ese lugar, junto a ella, todo olía a ella, a su pelo, pero no pude detallar nada con precisión, ella cogió mi mano con fuerza y me llevo hacia el segundo piso donde estaba su cuarto, todo era tan ella, todo gritaba, SARA, yo era capaz de vivir ahí por siempre si ella me lo permitía, me podía sumergir en su almohada, me podía revolcar en su aroma para entonces impregnarme de él y siempre tenerla conmigo, su cuarto era normal, había una cama, una mesa y afiches de The Beatles  y  de otras que no reconocía, todo se encontraba en su sitio, todo muy organizado, me sentó en su cama y empezó a escupir palabras:
-Juan, Juan perdóname, ayer no pude ir, es una larga historia y no te la voy a contar es solo que mi papá, mi mamá, todo está realmente mal, mi vieja se fue de la casa, mi viejo también  como que paliaron por qué mi viejo tenía otra vieja, y entonces tuvieron viejitos y  ahora resulta que tengo un hermano, estoy sola Juan, en esta casa gigante, mierda, a nadie le importo, no sé qué hacer Juan- vi que sus ojos se llenaban de lagrimas, estaba en esos momentos en los cuales tú no tienes ni puta idea que hacer, que quizás todo lo que digas o hagas será inútil, yo me encontraba en esa posición, no sabía qué hacer, que hago para hacer sentir mejor a esta chica, tal vez si beso lentamente tus labios, te toco la mano, tu cuerpo, tus senos quizás todo este mejor, yo sé de tus penas, tus tristezas y quiero tratar de curar esas heridas que tu corazón tiene, coseré tus alas rotas para que tomes vuelo y vueles muy alto pero por favor no te vayas tan lejos, no de mí, no aún , todo esto pasaba por mi mente pero ella seguía hablando- Todos dicen todo estará bien, ya verás como todo se mejora, Mierda, a caso no saben que mas decir, no lo estarán yo lo sé, tal vez vuelvan, quizás en estos momentos se estén revolcando en sus penas y se estén lamentando, pero yo que, nadie piensa en mí, nadie – esto también hirió mis más profundos sentimientos, acaso no sabía todo lo que yo la había soñado, sentido y pensado, acaso no era obvio, mi cuerpo al oír estas palabras respondió de una forma totalmente inesperada, me acerque y sin dudarlo le robe un beso, que carajos pensaba, ese era el problema, con ella no pensaba, todo salía espontáneamente, espere  a que me empujara, me apartara bruscamente de ella y salir corriendo de su casa, pero eso no paso, mi cuerpo no aguantaba más, todo lo que ella hacia me cautivaba, su forma de caminar tan despreocupada y sin afán, la manera en la que se cogía su larga caballera roja y el tierno olor que su cuerpo botaba, una mezcla entre desodorante, sudor, perfume, sensaciones, emociones, el sabor de su boca, dulce y agrio a la vez, todo esto me estremeció e hizo que tomara su cabeza y la empujara tiernamente hacia mí, ella entonces movió sus manos y me acaricio el pelo, pero hey calma, solo era un beso, un beso en el que yo le confesaba todo lo que había esperado para sentir su boca, su aliento a menta, a cebolla, a huevo, a fresa, realmente no me importaba, quería decirle, oye chica no te preocupes, nada va a estar bien, todo está mal, pero tú no fresita, tu nunca lo estarás, se que vives en mundo lleno de desilusión, yo también, todos, pero siempre puedes irte, vamos, vámonos, y  entonces crearemos un mundo donde solo vivamos los dos, vamos a la tierra del amor, sin amor, porque el amor no existe chica, solo existimos tu y yo, nuestros sueños rotos, nuestras ganas de besarnos y entonces nos daremos cuenta que tu y yo somos el amor, quizás si exista y entonces nos amaremos, no por siempre, no por un rato, solo cuando queramos.
-Qué manera de callarme, perdóname por escuchar toda esa mierda, gracias Juan, tenía que desahogarme
-No digas nada chica, solo quiero que sepas una cosa, nada va a estar bien – me acerque un poco y le bese la nariz- pero yo tratare de que eso cambie si tu quieres, no tengo nada que hacer más que estar aquí para tratar de hacerte reír
- Juan, Juan, vamos a la playa, perdámonos entre las olas.
-Vamos princesa, aunque en nuestra ciudad no haya playa, encontraremos un lugar donde podamos perdernos.
Entonces  estábamos ella y yo, en pleno centro de la ciudad de los sueños rotos, quería hacerla sentir en el infierno, que ardiera en llamas, hacer cosas locas, subirnos a la copa de los árboles y ahí amarnos, sentirnos pecadores por 5 segundos en la vida, quien no quería eso, experimentar esa sed que nunca se sacia, pero no, simplemente caminábamos juntos de la mano perdiéndonos entre esquina y esquina, olvidándonos de la gente que nos rodeaba porque solo éramos ella y yo, seguimos caminando sin saber realmente a donde nos dirigíamos, andábamos sin rumbo solo nos mantenía ese imán llamado amor.
Resultamos en la plaza, había muchas palomas alrededor de nosotros, se acerco y me dijo que quería ser como las palomas, quería volar muy alto y cagarse en todos sin importar nada, yo sentía que ellas tenían un plan contra nosotros, algún día se revelarían y nos hundirán a todos, esas palomas color plomo, siempre habían estado ahí, pero ese día tenían algo en especial, me hacían sentir que también volaba junto a ellas, junto a ella, que nos convertíamos poco a poco en aire, éramos una pequeña partícula de nada en ese cielo infinito, poco a poco nos evaporábamos y ascendíamos para perdernos entre las nubes, nadar entre ellas…Sus besos me despertaron y me llevaron de nuevo a la tierra de lo imposible, a un mundo utópico, ella no cerraba los ojos al darme un beso, no quería perderse ni un momento, quería ver cada instante, yo también decidí hacer lo mismo, nuestros ojos se encontraron, no sentí mariposas, que mierda era eso de sentir mariposas, sentí miedo, ansias de saber que pasaba por su mente, deseos de entrar en ella y que me regalara sus ojos para así ver lo que ella veía, ver el mundo a su manera, esa manera tan despreocupada de la vida, tan no me importa nada ni nadie ni tú.
-          ¿Y entonces qué quieres hacer? Me  pregunto
-          No sé, ¿ qué quieres hacer tu? -No supe que responder ante eso, no sabía ni tenía la mínima idea de que seguiría después-
-          Regresar a la realidad es mala idea
-          Te cuento algo, no sé nada de ti, digo, sé tu nombre, sé tu edad, sé dónde vives, sé que te sueles sentir sola, también sé que te gusta correr para sentirte libre y
-          Bueno no necesitas saber nada mas, Deja que el tiempo pase y poco a poco iremos descubriéndonos, iremos encantándonos o desencantándonos a medida que nos conocemos, probablemente descubras que apesto, yo descubriré que eres demasiado perfecto entonces me aburre y entonces esto será solo un lindo recuerdo
-          Eres como de otro mundo Sara, me gusta tu libertad en cierto modo, que no es de todo libertad, supongo que es mas como le escupes a la vida, desafías a todas las mujeres que antes he conocido, todas quieren compromisos, quieren atarse a alguien pero tú, tu no
-          Solo tengo 16 no sé nada de la vida, tengo miedo de enfrentarla por eso vivo huyendo de ella y trato de no mirarla a los ojos, porque sé que si lo hago me espantaría, despertaría, así que hago que todo esto es como un simple sueño, que nada es real, tú no eres real, yo no soy real.
-          Miedo, Miedo, todos con esa maldita palabra, tengo tatuada esa palabra en mi frente de eso estoy seguro
-          Bueno algún día todos tenemos que enfrentar a esa palabra, bajarle los calzones y chuparle las pelotas, esa sería una idea estupenda, bueno aunque aún tengo un poco de humanidad latente en  mí, no puedo comprender a mis padres, no sé qué hacer, y entonces aquí llega el momento donde me pongo melancólica y me hago la víctima.
-          Entonces hay que regresar

La chica de fresa



Caminando estaba yo cuando me encontré con esa muchacha, esa chica tan perfecta, un poco rota, un poco loca, chocamos, ella iba corriendo, agitada me dijo en un susurro: cuando corro me olvido de la realidad, me escapo de la verdad, sabe deberías acompañarme, es un viaje muy largo, llegaremos hasta la última estrella, quizás nunca volvamos, de repente ella callo  en mis brazos, su pelo rojo se deslizo en mis manos, su boca roja como la fresa me llamaba pero pronto me di cuenta que se había desmallado, la cargue, era tan frágil como una aguja, la lleve a un café que estaba cerca, al poco tiempo despertó, un poco rota, un poco loca pero me miro fijamente  a los ojos y me dijo: realmente no tengo idea de quien putas eres pero gracias desconocido, la invite a un café, ella accedió aunque la notaba un poco desconfiada, la camarera nos trajo la orden, pude conocer su nombre, era Sara, en realidad tuve muchas ganas de decirle Sara llegaste a mi vida hoy sin pensarlo, tu sonrisa choco en mi como un relámpago de calor que consumió todo mi dolor, absorbió mi olor par juntarlo  con el tuyo y formar una fragancia única, pero no tan solo le dije que mi nombre era Juan, que también me gustaría escapar pero simplemente no sabía de qué forma hacerlo, ella pronuncio mi nombre 6 veces, Juan ,Juan ,Juan ,Juan ,Juan ,Juan, me gusta tu nombre así como tus ojos, ya no eres un extraño, que lindo conocerte y perdóname si hablo mucho todo el mundo dice que soy muy estresante y supongo que es hora de callarme. Yo a este punto de la conversación ya estaba completamente enamorado de esta chica, la chica de fresa, Sara la que llego corriendo a mí un poco rota un poco loca, podría decirle que nos fuéramos , que si quería ir junto a ella a ese largo viaje, que nos olvidáramos de la realidad que siguiéramos enamorándonos, conquistándonos tal vez amándonos, pero no también esta vez quede en silencio mientras que ella me contaba que tenía 16 años, que quería escapar porque en su casa todo estaba hecho una mierda, ella pregunto por mi edad, le conté que tenía 18  años, que también quería escapar porque mi mamá me presionaba a estudiar algo que no quería, insistía en que estudiara medicina pero yo quería estudiar música, le conté que sabia tocar la guitarra y un poco el saxofón, ella dijo que le gustaban mucho los guitarristas y que quería que le cantara una canción, en mi cabeza ya rodaban muchas melodías, todas quería cantártelas cerquita a tu corazón, derretirte el oído y envolverte poco a poco en mi trampa.
La acompañe a su casa, descubrí que vivíamos muy cerca, desde ese momento vi que todo a mi alrededor cambio, supongo que ambos nos necesitábamos, era necesario, pensé que la iba perder, eso no podía suceder, aún no sabía si tenía novio pero yo quería conocerla más a fondo, todo de ella me había enamorado por completo, sin querer le pregunte si tenía novio o alguna clase de compromiso, que no me lo tenía que contar si no lo quería, ella solo me respondió que no y que no le gustaba hablar de esos temas, me devolvió la pregunta, también le dije que no, quedamos en silencio durante un tiempo, en realidad un silencio muy incomodo, las calles parecían tan largas y a mi parecer era algo que estaba a mi favor, el olor de su pelo llegaba a mi nariz como un rápido soplo, olía a fresa tan dulce y perturbante, ella era rojita, su pelo , su boca, para mí era perfecta en todos los sentidos, quería que los callejones por donde andábamos nos consumieran para siempre. Llegamos a la casa de Sara, era una casa igual a la de los alrededores, con ventanas grandes y una puerta y por supuesto un techo, la deje en la puerta, me susurro cerca al oído y me dijo: Gracias Juan por una de las mejores tardes de mi vida, después se alejo un poco y me dio un tierno beso en mi mejilla, Dios, en ese momento tuve muchas ganas de besarla pero no podía hacerlo así que comprimí todas esas ganas y las guarde, tenía que mantener mi imagen de caballero, vi que entraba, no la podía dejar escapar así que reaccione rápido y le dije: te gustaría hacer algo, algún día, no se tal vez mañana?, quizás traiga mi guitarra y si tienes suerte puede que te cante algo.
-          Eso suena fabuloso Juan, ¿Que tal en el parque central?
-          Entonces mañana será
En la tarde ya estaba arreglado, no muy formal ni muy informal, muy casual, me puse un poco de desodorante sabor a chocolate, si en la propaganda le mordían la cola quizás ella también lo hiciera, después un poquito de colonia y fin, afine mi guitarra y salí corriendo al parque, se me hizo muy difícil encontrarla, en realidad era una persona completamente despistada, así que me senté bajo la sombra de un árbol esperando a que apareciera de la nada como ayer lo había hecho, observaba a la gente pasar pero no habían rastros de aquella chica, decidí tocar un poco practicando lo que le iba a cantar a Sara, toque pensando en sus ojos, en su pelo, en su boca, cuando de repente así de la nada, sin anunciarse la chica de fresa apareció y me saludo, se sentó a mi lado y me dijo que había estado escuchando hace ya un rato detrás del árbol, que estaba totalmente fascinada, simplemente le agradecí, la observe durante un tiempo, se había arreglado, maquillado un poco pero solo un poco que se veía totalmente natural, me alegro totalmente saber que se había arreglado para mi, al pensar en eso se me salió una pequeña sonrisa, ella sonrío también y en su piel blanca pude observar un leve rubor que emergía de sus mejillas, me dijo que había pensado mucho en venir:
-          Simplemente no entiendo como de la nada apareciste
-          En realidad tu viniste a mi
-          Cierto, el caso es que no te conozco muy bien, sé que no eres un psicópata ¿o sí?  
-          No, no lo soy, yo no soy de las personas que anda corriendo por las calles tropezándome con la gente –le dije mirándola de una forma picara-
-          Entonces la psicópata soy yo ¿cierto?
-          Correctooo
Toda la tarde estuvimos bajo ese árbol, hablando, escuchando, también intente enseñarle un poco, le enseñe algunos acordes, cuando tocaba su mano pude darme cuenta que se ponía un poco nerviosa, eso fue aún más lindo, si ayer estaba enamorado, hoy era un desatino, todo a causa de su linda sonrisa, la invite a un helado y caminamos juntos bajo las hojas secas, no intente besarla aunque en mi fuero interno todo ardía por besar la boca, la boca de fresa, quería entender su mente, específicamente la mente femenina, siempre había tenido problemas con eso, descifrar lo que ellas querían era cosa seria, si la besaba podía pensar que era una atrevido, así que esta vez también me guarde las ganas, al observar el reloj me dio mucha tristeza, maldita sea, el tiempo se pasaba de una forma muy absurda cuando estaba al lado de ella, quería decirle a mi amigo el reloj: Porque carajos no te paras, si el reloj fuera un pipi lo haría todo el tiempo- pensé- , me dijo que ya era tiempo de irse, concuerde con ella y nos fuimos juntos, el parque no era tan lejos de nuestra casa así que no era necesario  coger bus, en un momento de nuestra larga caminata mi mano en un estúpido impulso, se encontró con la de ella, pensé que ella se asustaría o tal vez me la soltaría pero eso no paso, continuamos nuestro camino cogidos de la mano, algo mágico totalmente pensé, llegamos a su casa, la deje en la puerta como todo un caballero y seguí mi camino sintiéndome el mejor hombre del mundo, estaba tan feliz, pude olvidarme de todo problema solo porque esa princesa estaba ahí, ella era especial sin duda lo era, no la conocía muy bien pero ya deseaba tenerla junto a mí, Yo, Juan, nunca había podido mantener una relación, era tan enamoradizo, a mi desgracia mi corazón sabia dar amor sin medida, aunque tenía algo a mi favor sabia olvidar fácil, con el tiempo aprendí a no ilusionarme tanto y como soy un caballero, no tengo memoria, pero con esta chica era diferente, llevaba un día conociéndola, lo sé, pero sentía esa sensación de que siempre habíamos estado juntos, como que nuestras almas estaban hechas uno para el otro, no creía en eso de las almas gemelas pero en cierto sentido eso era lo que sentía con ella, No quería ilusionarme, no esta vez.
IMBECIL NO TE ENAMORES
Al día siguiente, había invitado a Sara al lugar donde trabajaba, en realidad eso no era un trabajo, no recibía ni un centavo, solo algunas veces cuando había personas que deseaban darme una que otra propina por cantar, cantar que, canciones por supuesto, era algo que me gustaba hacer, solo era yo, mi guitarra y mi fea voz que tal vez no era tan fea, entre a ese sitio, donde olía a puro alcohol, drogas y rock&roll, bueno, eso era una absoluta mentira, olía a borracho, a sueños rotos, corazones y pasiones que habían sido ignorados, cuando entraba a aquel bar ya habían unos cuantos borrachos, cada uno con historias distintas pero con un deseo en común, olvidarse de su desgracias, sentirse poderosos, tener el cielo en sus manos, claro, no solo habían borrachos, habían lindas mujeres que esperaban encontrar amor, personas tristes, alegres, amigos, aunque si, la mayoría de ellos, BORRACHOS.
Cuando cantaba ninguno de ellos me escuchaba, de eso estoy seguro, aunque yo tampoco les prestaba mucha atención, me encerraba en mi mundo, en mi burbuja, donde solo estaba yo, mi alma volaba por los aires, era un rockstar, pero después despertaba y caía en cuenta de que solo estaba en un bar donde la mayoría no me escuchaba porque ellos también estaban sumergidos en su propio mundo, en su cuento, pensando en toda la mierda en la que su vida se había convertido, ahogando sus penas en botellas de alcohol, buscando respuestas en el vodka, sumergiéndose, yendo a otras dimensiones, solo sabía algo, trabajar en un lugar lleno de borrachos podía traer algo bueno, una que otra vez había encontrado billetes de 20.000 pesos, si, era increíble, me sentía poderoso, ¿Qué triste no?, muchas veces mi felicidad dependía de un cochino papel, aunque hoy no, hoy mi corazón colgaba en un hilo, había invitado a la chica de fresa para que me acompañara, ¿era increíble no? Una linda chica iba a verme, si, solo a mí, bueno mis amigos a veces venían pero no tenía ningún punto de comparación con lo que iba a ocurrir hoy, era el momento de por fin conquistarla, irnos juntos de la mano, a caminar sin fin, dejando al lado el mundo, sacándole el dedo a la soledad, si, a esa maldita soledad que no había querido desaparecer de mi vida por más que se lo pidiera, sacándole el dedo a todos, porque a partir de ese momento solo importaríamos los dos, a la mierda todos, porque en las nubes encontraríamos refugio, construiríamos un palacio de sueños, un arco iris de amor, que iríamos consumiendo poco a poco, a medida que yo me voy comiendo tu boca, esa boca de fresa, que no había tenido oportunidad de probar, esa boca roja, apetecible sin duda, sin prometer amor, sin prometer por siempres, solo dejándonos amar.Llegue una hora antes para preparar todo, no estaba seguro si vendría, solo tenía esa esperanza de que viniera, de que inundara el lugar con su particular olor, de que me inspirara, que me llenara de su luz, solo verla hacia las cosas más sencillas, pero mis esperanzas se iban desvaneciendo poco a poco, por esa puerta no apareció Sara, estaban los pinches borrachos de siempre, no tena idea del porque no había venido, tal vez los extraterrestres la habían capturado y llevado su nave, quizás en ese momento estaba luchando por su vida, que imbécil eres Juan , quizás simplemente no le interesas lo suficiente, mierda, como lo iba a saber, pero ayer ella había accedido ir conmigo al parque, porque no hoy, no tenía como localizarla, no tenía un número ni nada, Mierda otra vez, como no se te había ocurrido pedirle algo tan básico como su celular, pero  espera Juan sabes donde vive, ve a  buscarla, ve por ella, atrápala, agárrala, abrázala, y no la dejes ir, -pensé- pero no, ir hasta su casa era un poco acosador, entonces decidí olvidarme de lo sucedido, mis amigos llegaron al bar, entonces cogí un vaso, hielo y vodka, ellos fueron mis acompañantes esa noche ya que mis amigos se estaban revolcando con alguna de esas chicas que iban al bar solo en busca de un poco de amor, un poco de calor, un poco de sexo, en busca de un no me importa tu nombre, ni tu edad, solo quiero que seas mi esta noche, de que lleguemos juntos a la cima, de que finjamos conocernos, de que yo meta mi lengua en tu boca y fin de la cosa, al siguiente día todo sería un vago recuerdo y si te vi no me acuerdo, fin de la historia, pero yo esa noche me había convertido en un borracho más de aquel bar .

sábado, 1 de octubre de 2011

Abuelo

Abuelo, siempre usando esa palabra para pensarte, recordarte, y hablarte, así olvidándome de tu nombre pero nunca, nunca de ti.
Tus pies abuelo recorrieron grandes trayectos, tus huellas quedaron en los pavimentos, ahora estas en una cama, en una camilla de algún frio hospital, sin poder usar tus fuertes piernas, para escribir nuevas huellas en alguna esquina de esta ciudad.
Abuelo, ahora no puedes pronunciar mi nombre, solo siento como clavas tus ojos un poco azulados en los míos tratando de comunicarme mil cosas, también siento como tus manos acarician tiernamente las mías, me gusta acariciártelas y observarlas, porque esas viejito, han  pasado por mucho, han sido manos obreras, un poco explotadas, han amado a tus hijos, a tu mujer, a tus nietos y hasta tus bisnietos, han sido manos de la tierra que ahora me acarician y me brindan cierta especie de calor, también me gusta acariciarte el pelo, tu pelo, signo de experiencia, de vida, de alegrías y tristezas, de sacrificios y de lucha, porque es una clara evidencia que el tiempo no pasa en vano.
También me gusta olerte porque de algún modo trato de guardar ese olor en mi alma, para que así tú te quedes conmigo, me gusta abrazarte para que ese olor se impregne en mí, que tu olor este en cada parte de mi cuerpo.
Me gusta ver cómo te brillan los ojos cuando ves a mi abuelita, ella que ha estado junto a ti más de 50 años , mas de una vida queriéndose, amándose, tal vez odiándose en momentos, también me gusta ver cómo te aferras a su mano, como tratando de no dejarla ir nunca, pasas tu mano por su cara, acariciándola, definiendo con tu dedo sus labios sus ojeras, sus lunares, sus arrugas, consintiéndola, también quieres que toda ella se quede contigo por la eternidad.
Pero también debo pedirte disculpas abuelo, porque mis más vivos recuerdos de ti, son en este estado más vulnerable, cansado del mundo y de todo, también perdón abuelo, porque siento que poco a poco tu voz se me olvida, tu voz que ya no está aquí, esa voz que dejo de pronunciar mi nombre, porque derramo lagrimas al verte así, me rompo en pedazos, porque no puedo ser fuerte.

martes, 13 de septiembre de 2011

Hacer de las hojas que caen


Hacer de las hojas que caen mariposas
mariposas multicolores
que una se situé en tu hombro
para que le confieses tus dolores 

De las hojas Hacer laberintos
laberintos para perdernos
que tu me encuentres difícilmente 
y yo así juegue con tu mente

Con las hojas que caen hacer melodías
melodías que alegren tus días
que retumben en tu boca
que poco a poco me provoca

Hacer de las hojas que caen amor
amor, ese que nos toca el corazón
ese que no sigue a la razón
que nos brinda una clase de calor acogedor 


martes, 6 de septiembre de 2011

Sin luz


Luz, paradójicamente su nombre es luz, pero su nombre y cuerpo venían desde hace un tiempo oscureciéndose, Hoy recuerda esos días donde era feliz, plena, solía tenerlo todo, esos días tan lejanos que hoy parecen  porque  de un momento a otro todo se desvaneció en su vida ¿a causa de qué? Nadie tiene la respuesta, ni la misma luz, un día simplemente decidió salir de su casa en busca de sus sueños, de sus  metas así como cualquiera pero no los encontró, sus sueños huyeron de ella, corrieron a una dirección opuesta  a la de luz, pero ella no se daba cuenta, convencida estaba ella que estaba haciendo lo correcto, prostituyéndose estaba segura de alcanzar el cielo, un esposo, una casa, unos hijos, especialmente una vida, y quien era su madre para aconsejarla en esto, si lo único que ella pudo darle fue el mismo ejemplo claro está, los consejos nunca faltaron “Luz, Luz, tendrás que ser algo más que esto hijita, esto no es vida”, así tal cual le decía siempre su madre, su madre tan  arrugada y sin ilusiones pero siempre tratando de darle lo mejor a su hija, Luz siempre aceptaba cualquier cosa de su madre pero así entendió que la mejor forma de conseguir algo era vendiendo su pequeño cuerpo, pero si lo iba a hacer seria a lo grande, no sería en su pequeño pueblo, seria en la capital de su país, Bogotá, esa palabra le sonaba a gloria, a triunfo y sobre todo a dinero.
Apenas Luz cumplió los 18 años alisto sus cosas y se fue, se fue dejando a su perra madre desolada en la pequeña casa del pequeño pueblo, no, no había forma de decirle perra a su madre, todas las mujeres del mundo podían ser llamadas de esta forma, todas menos su madre a pesar que se hubiese acostado con todos los hombres de este pequeño pueblo. Como era de esperarse a penas Luz llego a Bogotá, la ciudad se la trago, la mastico y la escupió, no hubo ninguna clase de piedad con ella, con esa chica pueblerina, inmediatamente al pisar el suelo de la ciudad, esta la detecto y pareció que hubiese decidido que no la quería hay, Luz perdió todo, su virginidad, su dignidad y todas las idades que se puedan imaginar, la ciudad era muy grande para ella, y Luz claramente no estaba preparada para enfrentarla del todo.
Luz sí que era bonita, blanca con una piel de porcelana, con una cabellera bastante larga que daba el aspecto de nunca haber probado tijera, y un particular rubor natural en sus mejillas, ya no recuerda muy bien cómo fue que paro en ese sitio remoto lejos de su pueblo, su pequeño pueblo donde al menos tenía un hogar, ahora estaba sola en la calle, en la pura y cochina calle, sin ninguna clase de pertenencias, solo los recuerdos de su pueblo, de su madre y de su niñez que a pesar de todo habían sido perfectos e irreales a comparación de lo que hoy tenía que enfrentar.
Lo que si recuerda es ese taxi, el primer taxi que la llevo a la perdición, a un laberinto donde no habían salidas, al hueco, Luz recuerda que cogió ese taxi con la esperanza de llegar a su tal sueño, un muchacho de más o menos 26 años atendió su la orden y la llevo a la decima, en el centro de esa fría Bogotá, tan diferente al cuento que le habían echado en su pueblo, este señor era más bien flaco y alto, al ver a Luz, a él se le pasaron mil cosas por la mente,  muchos pensamientos como tenerla en su taxi, quitarle su cara virginal y entonces olvidarse de ella pero nunca imagino que esto podría hacerse realidad, Luz al no tener un peso para pagarle, le pago con su cuerpo de niña pueblerina, con su ternura y su cierta inocencia, la primera vez, con un señor desconocido para ella. Como que en ese momento sus sueños se rompieron, pero pobre Luz, tan perdida y loca, al igual que su sueño, es que ese sueño si estaba bien loco, en ese momento entendió que no era un sueño sino más bien como una especie de pesadilla, pero ya no había vuelta atrás, simplemente se entrego a ese aquel señor del taxi y desde ese momento a miles de otros  sujetos desconocidos sin nombre, sin identidad pero con cada uno una parte de luz le quitaban y le añadían oscuridad, tristeza y soledad. También su belleza se iba, su juventud se fue y nunca más supo nada de ella, al igual que su querida madre y su pueblo.
Ni siquiera sus sueños se hicieron del todo realidad, 10 años ejerciendo su profesión si de alguna forma se le puede decir profesion, 10 años llenos de dolores, tristezas  sobre todo soledad, hasta que un día su “patrón” se canso, la mando a la calle, y de cierta forma la condeno. Ahora es una más de las personas que se encuentran en las calles, es una de esas que vemos mendigar pero ya nos parece bastante común verlas aunque detrás de cada uno de ellos hay una historia diferente, una peor que otra, pero con algo en común: Sueños desboronados.
La historia de Luz es esta, tan triste pero tan corta, de ella no volví a saber nada hasta aquel día que la vi en una esquina de esta ciudad, en el mismo taxi donde hicimos el amor, o tal vez no el amor si no el sexo, me vio, me conto su historia, me escupió en mis zapatos y me culpo de su desgracia y se marcho, se desvaneció y yo junto a ella porque en mi conciencia quedara esa luz sin luz, tan ojerosa, cochina, perdida, esa que me miro a los ojos y me reflejo odio, odio del mas profundo. 

viernes, 2 de septiembre de 2011

¿ que crees que sucede?


Qué crees que sucede, qué crees que pasa cuando no estás, las hojas de los arboles siguen ahí, las hojas que caen acarician el suelo, los pájaros se pasean por el cielo, y tu, tu donde estas, eres consciente de las maravillas que te estás perdiendo, fíjate, solo un segundo como el viento toca lentamente las hojas, mira como estas reaccionan a ese llamado, es como si el aire las invitara a bailar al compas de su canción y ellas accedieran sin ninguna clase de reproche, observa como viene y va,  tratando de decirte algo,  de susurrarte en el oído, trayéndote noticias de otro lugar, noticias de mi o tal vez de ti, tratando de guiarte, de cogerte de la mano y llevarte otra vez a eso que llamamos cordura,  porque tú, tú estás perdido en algún sueño mío o tal vez te ahogas en mis recuerdos, cualquiera de estas posibilidades podría ser verdad pero solo estas perdido para mi, todos pueden encontrarte, pero yo, yo no cariño, es que estamos en un laberinto sin salida, donde tú te escondes y yo te encuentro, el problema es que ese laberinto tiene mil salidas para ti y una sola para mí. Pero de repente todo cambia en ese laberinto, llega la lluvia, esta lluvia cálida me despierta, me baña, de alguna cierta felicidad, una felicidad no segura, extraña, proveniente de algún extraño mundo, ese extraño mundo donde vivimos todos, ese mundo donde todo está patas arriba, donde la mayoría al no decir todos estamos locos, tenemos una partícula de locura latente dentro de nosotros, todos viviendo en laberintos, buscando o huyendo, la mayoría de las veces buscando algo o alguien, algo que nos motive a seguir, una inspiración que al final del camino se transforma y toma forma convirtiéndose en alguien.
Pero dime qué pasa con los arboles que siguen esperando en el mismo sitio donde los dejaste, que pasa con las hojas secas, amarillas que besan tiernamente el suelo, dime tu, que te has perdido de todo esto por andar huyendo