martes, 11 de diciembre de 2018

Confieso que he olvidado



Relatividad- Escher


Memoria gravada en el olvido,

Ayer mis pies trazaron senderos

Que hoy ya están inhabitados 

¿Me deje acaso ahogar en este río? 


Incesante latido del presente

Has hecho de mi infancia un enmarañe de retazos. 

¿Me habré inventado, en el atardecer 

El barullo de los pájaros cantando? 


Olvido grabado en la memoria

De cerca estuve al misterio de los incas

¿O me dirás que lo que mis ojos vieron

No son más que sueños de todos mis ancestros? 


Asesino, maldito paso del tiempo

Aún busco el último abrazo de mis muertos

¿Me dejaras por esta vez pronunciar el adiós 

que robaste de mis labios? 


Funes, dios de los segundos

¿Te acuerdas tú de todos mis recuerdos

 o deberé  reescribirlos sobre este silencio?

Admite que te burlas  de mí por buscar eternidad

en cada espacio de esta hoja en blanco. 






domingo, 25 de noviembre de 2018

El hijo prodigo


Apparition:Fait pour quelqu'un d'arriver de manière inattendue, imprévisible chez quelqu'un, dans un groupe

Il figliol prodigo- Giorgio di Chirico 1975

Sec. 1 Interior, Día. Cuarto de hospital con vista a la ciudad 

En una habitación de hospital se encuentran varias camas, cuatro en total.  En la cama que da contra la ventana hacia al lado derecho está Emmanuel, un hombre de unos setenta y cinco años, conectado a los tubos y las maquinas hace un intento de sentarse, falla y vuelve a acostarse. Suelta un suspiro y voltea la mirada hacía la ventana donde se alcanza a ver de lejos la ciudad. Intenta de nuevo levantarse, esta vez con más esfuerzo y logra sentarse al borde de la cama. Se pone las babuchas y a pasos lentos camina hacia el baño.  

Sec. 2 Interior. Día. Oficina del doctor

La esposa de Emmanuel, Isabelle, una vieja de unos setenta años toca a la puerta. La voz de una mujer le dice que siga y que tome asiento Se dan la mano e Isabelle se sienta. La doctora permanece seria mientras que en el rostro de Isabelle se puede leer ya la angustia. 
DOCTORA
-      ¿Cómo está Señora Isabelle? Aquí tengo los papeles para la salida del señor Giraud. Ya están firmados. Si le doy salida al señor es porque aquí no puedo tener el reposo que necesita. 
ISABELLE
-      Gracias doctora, se lo agradezco muchísimo. Pero dígame, ¿cómo está él? ¿Todas esas quimios si han funcionado? 
Doctora
-      Mire, yo le voy a ser muy sincera Señora. El estado de salud del señor es todavía muy delicado, a pesar de las quimios el tumor está muy avanzado y en cualquier momento puede hacer metástasis. Yo le aconsejo que no le hable de esto al señor Giraud.  Lléveselo a la casa, déjelo descansar y esperemos a la otra sesión de quimioterapia ¿Vale? 

Con lágrimas en los ojos Isabelle le agradece de nuevo a la doctora, agarra los papeles y sale de nuevo para la habitación donde está Emmanuel. 

Sec. 3 Interior día, Cuarto de hospital 

Los otros enfermos sentados en la cama ven al viejo en su pobre intento de caminar sin prestarle mucha atención mientras que la enfermera de turno lo retiene por el brazo

ENFERMERA 
-       Señor Giraud ¿usted para dónde cree que va?  Venga, vamos a acostarnos otra vez ¿vale? Su esposa no demora en llegar. 

EMANUEL GIRAUD 
-       Tras de que no me dejan dormir ¿tampoco puedo cagar tranquilo?

Enfermera
-       Ush…pero nos levantamos con el pie izquierdo ¿no?  Si quiere hacer del cuerpo haga en el pañal.

La enfermera lo vuelve a acostar en la cama y verifica que el catéter está bien conectado.  Detrás viene Isabelle que antes de saludar se pasa las manos por la cara para limpiarse las lágrimas.  Isabelle los saluda con una expresión más serena pero un poco forzada. 

ISABELLE
-       Buenos días mijo ¿si durmió bien? ¿Si durmió, enfermera? Mírelo, es que no durmió nada.  Y eso que siempre le digo, duerma, mire que tiene que reposarse después de la quimio.

Emmanuel
-       Pero por qué habla como si yo no estuviera acá ¿acaso estoy pintado en la pared? Míreme, aquí estoy…todavía no estoy muerto.
Enfermera
-       ¿Si ve? Desde esta mañana anda así, es que no se le puede decir nada.


Isabelle se acerca a Emmanuel y le da un beso, acariciándole la cabeza. 


Isabelle
-       ¿Pero por qué dice eso Emmanuel? Usted no se va a morir, al menos no hoy.

Emmanuel
Emmanuel le coge las manos a Isabelle y riendo le dice: 

-       Lástima, de pronto mañana sí es mi turno… Isabelita, por favor. ¿Cuándo es que voy a salir de aquí? Lléveme a la casa ¿sí? Ya no puedo más, por favor. 

Isabelle lo mira a los ojos por un momento y le da un beso en la cabeza. 

Isabelle
-Camine.  Ya nos podemos ir a la casita viejo. La doctora ya me entregó los papeles de salida. 

Emmanuel
-      ¿De verdad? Por fin viejita, me voy. Nos vamos. ¡¿Si oyeron?! -dice a los otros que están en las otras camas- Me voy de aquí. La muerte no me va agarrar en esta cama. 

Isabelle lo ayudan a sentarse mientras que la enfermera llega con una silla de ruedas para poderlo llevar.  Lo sienta en la silla y le dice: 


Enfermera
-      Lo vamos a extrañar señor Giraud 
Emmanuel
-      Yo no, la verdad. Por aquí no espero volver por un tiempo. 

Sec. 4 Exterior, día.  Afuera de la casa de Emmanuel. 

Un taxi está estacionad al frente de la casa de Etienne. Isabelle se baja del carro mientras que el conductor saca la silla de ruedas del baúl. Juntos ayudan a Emmanuel a levantarse, lo sientan en la silla y el conductor empuja la silla hasta la entrada de la casa. Emmanuel e Isabelle agradecen al taxista y juntos entran a la casa. 

En el pequeño salón hay pocos muebles, todo el espacio lo ocupa una biblioteca llena de libros. 

Emmanuel
-      Por fin mija, ya me estaba volviendo loco allá. Si me he de morir, que mejor lugar que hacerlo acá ¿no le parece?
         
Isabelle
-      Deje de decir esas cosas ¿sí? de tanto llamar a la muerte de verdad que va a entrar por esa puerta. Descanse mi viejito. 

Emmanuel
-      Isabelita, no me vaya a acostar. Llevo acostado dos semanas. Déjeme aquí un rato en la sala. Voy a empezar a buscar el tiempo perdido. 
-       
Isabelle
-      Bueno, lo voy a dejar aquí en la sala, aquí le dejo a Proust. 
Isabelle lo deja solo en la sala. Todo permanece en silencio, sólo se escucha el tic tac de un viejo reloj. Emmanuel se queda leyendo sentado en la silla de ruedas, pero pronto se queda dormido. 

Sec. 5 Interior, día. En la Cocina, Apartamento de Etienne. 

Etienne, hombre de unos cuarenta cinco años, alto y de tez morena está sentado en la pequeña cocina de su apartamento. Conversa con su esposa mientras almuerzan. 

ESPOSA DE ETIENNE 
-      ¿Pero qué necesidad tienes de ir? ¿Por qué después de tanto tiempo? Ese señor nunca estuvo para ti, apenas puedes llamarlo tu papá…es un desconocido que nunca quiso tenerte en su vida.
ETIENNE
-      Ya te lo he dicho mil veces, el viejo se va a morir. Lo siento, lo sé. 

Esposa de Etienne
-      Se va a morir cuando te vea en su casa. ¿Eso es lo que quieres? No vayas, por favor. Te puede pasar algo, al menos déjame ir contigo por favor. 

Etienne
-      No tienes por qué preocuparte. A mí no me pasará nada, creo que es mucho mejor que vaya solo, que lo enfrente después de tanto tiempo. 

Etienne se levanta y le da un beso a su esposa. Coge el plato donde estaba comiendo y lo pone de vuelta en el lavaplatos. 

Sec. 6 Exterior, afuera de la casa de Emmanuel, Noche 
Etienne camina hacia la casa de Emmanuel. Llega a la puerta y hace un gesto para tocar el timbre, pero su mano se queda a medio camino. Intenta asomarse por la ventana, pero no logra ver nada, sólo el reflejo de una lámpara prendida. Se decide y timbra una vez. Da pequeños pasos de un lado a otro mientras espera que abran la puerta, pero todo permanece en silencio durante un momento. 

Sec. 7 Interior, casa de Emmanuel
Isabelle va caminando lentamente hacia la puerta, se asoma por la ventana y ve la sombra de Etienne. En su expresión se puede leer la sorpresa que le causa y en voz baja dice: ¿Y ese quién será?

Emmanuel que está sentado en la sala le dice: 
Emmanuel
-      No abra mija. No esperamos a nadie, además ya es tarde. 

Se vuelve a escuchar el timbre e Isabelle se acerca de nuevo a la puerta y abre. 

Etienne
-      Buenas noches señora, que pena molestarla.
Isabelle
-      Buenas noches ¿Sí...qué necesita? 
Etienne
-      Estoy buscando al señor Giraud ¿Está? 
Isabelle
-      ¿Quién lo busca y cómo para qué sería? Sabe, ahorita ya está como tarde ¿no le parece? Más bien dígame qué es lo que quiere y yo le digo o mejor...pase mañana en la mañana. 
Etienne
-      La verdad es un tema urgente. Mucho gusto señora, yo soy Etienne Giraud, hijo de Emmanuel Giraud. 

Isabelle lo mira de arriba a bajo, su expresión se vuelve sería, indescifrable y sin decirle nada le cierra la puerta en la cara. Se voltea y Etienne está detrás de ella, sentado en su silla de ruedas. 

Emmanuel
-      Isabelle...

En el rostro de Isabelle las lágrimas aparecen, pero no pierde la calma. 
Isabelle
-Allá afuera Emmanuel, hay un hijo suyo que yo no parí.

Emmanuel la interrumpe, pero Isabelle vuelve a tomar la palabra

Isabelle
-      No, no quiero saber nada ¡NADA! Yo no puedo creer, es que, cuántos años juntos, cuántas vidas juntas es que... además tiene su apellido, mi apellido. Yo aquí llorando por usted, que es mí única familia. Y usted, con hijos regados por ahí. 

Isabelle sigue derecho dándole la espalda a Emmanuel, sigue por el corredor y antes de entrar al cuarto el timbre vuelve a sonar. Ambos comparten una mirada por un momento y Emmanuel se acerca a abrir la puerta. Emmanuel abre y ve a Etienne. Los dos se quedan reconociéndose sin decir nada desde la distancia, pero el silencio se rompe con los movimientos de Emmanuel que con su mano derecha lo invita a pasar. Etienne sigue y cierra la puerta detrás de él. 


Sec. 8 Interior, noche. Sala de la casa. 

Sólo hay una lámpara prendida que da una luz opaca. Etienne está sentado en el sofá mientras que Emmanuel permanece en su silla de ruedas. Isabelle permanece escondida, escuchando la conversación sin que ninguno de las dos la reconozca. 

Etienne
-      Yo pensé, después de tanto tiempo...que ella ya sabía. Yo...yo sólo quería, yo vine a despedirme 
Emmanuel 
-      El tiempo ya nos había despedido. Yo creo más bien que... ¿vino buscando una disculpa no?

Etienne se levanta de un solo golpe 
Etienne
-      Papá ¿Ahora que está tan cerca de la muerte no va a ser capaz de arrepentirse?

Emmanuel permanece en silencio mientras que se escucha el llanto de Isabelle. 
Etienne
-      Durante todos estos años espere que esta visita me la hiciera usted. Que viniera a buscarme, que fuera usted el que me llamara hijo.

Emmanuel
-      Y si traté, usted sabe que sí traté, pero...

Etienne
-      No tiene porque inventarse excusas, todo eso ya no importa. Yo vine aquí a escuchar una disculpa que por lo que veo, no es capaz de pronunciar. 

Isabelle entra a la sala y comienza a llorar más fuerte. Se sienta en el sofá mirando a Emmanuel quien permanece en silencio mirando fijamente a Etienne que camina ya hacía la puerta. 

Etienne
-      Y ahora que sé que la muerte ya le respira por el cuello, vine a recordarle que no puedo irse con la conciencia tranquila, que espero que la muerte no le de descanso, que siga sufriendo allá como yo lo hice por su ausencia. 

Etienne saca de su bolsillo un arma y le apunta a Emmanuel. Isabelle se levanta y empieza a suplicarle que no dispare, se pone de rodillas y le implora que no lo haga. Etienne le dice a Isabelle:

Etienne

-      Señora, usted no sabe cuánto lamento que tenga que terminar sus días al lado de este viejo sin corazón.

Emmanuel con mucho esfuerzo se levanta de su silla y da un paso hacia adelante, pero se cae inmediatamente. Etienne continúa empuñando el arma todavía sin ser capaz de disparar, su pulso tiembla mientras le apunta al viejo. Isabelle se acerca al cuerpo de Emmanuel que permanece sin moverse. 

Isabelle
-      Viejito, Emmanuel, Emmanuel. No se me muera ¡EMMANUEL!  

Etienne guarda la pistola y se queda quieto mirando el cuerpo de Emmanuel. Isabelle está acostada en el suelo mientras abraza el cadáver sumergida en llanto. Después de un momento Etienne se da la vuelta, abre la puerta y sale. La puerta permanece abierta mientras que Etienne sale caminando dejando la casa, sin mirar atrás.