sábado, 1 de octubre de 2011

Abuelo

Abuelo, siempre usando esa palabra para pensarte, recordarte, y hablarte, así olvidándome de tu nombre pero nunca, nunca de ti.
Tus pies abuelo recorrieron grandes trayectos, tus huellas quedaron en los pavimentos, ahora estas en una cama, en una camilla de algún frio hospital, sin poder usar tus fuertes piernas, para escribir nuevas huellas en alguna esquina de esta ciudad.
Abuelo, ahora no puedes pronunciar mi nombre, solo siento como clavas tus ojos un poco azulados en los míos tratando de comunicarme mil cosas, también siento como tus manos acarician tiernamente las mías, me gusta acariciártelas y observarlas, porque esas viejito, han  pasado por mucho, han sido manos obreras, un poco explotadas, han amado a tus hijos, a tu mujer, a tus nietos y hasta tus bisnietos, han sido manos de la tierra que ahora me acarician y me brindan cierta especie de calor, también me gusta acariciarte el pelo, tu pelo, signo de experiencia, de vida, de alegrías y tristezas, de sacrificios y de lucha, porque es una clara evidencia que el tiempo no pasa en vano.
También me gusta olerte porque de algún modo trato de guardar ese olor en mi alma, para que así tú te quedes conmigo, me gusta abrazarte para que ese olor se impregne en mí, que tu olor este en cada parte de mi cuerpo.
Me gusta ver cómo te brillan los ojos cuando ves a mi abuelita, ella que ha estado junto a ti más de 50 años , mas de una vida queriéndose, amándose, tal vez odiándose en momentos, también me gusta ver cómo te aferras a su mano, como tratando de no dejarla ir nunca, pasas tu mano por su cara, acariciándola, definiendo con tu dedo sus labios sus ojeras, sus lunares, sus arrugas, consintiéndola, también quieres que toda ella se quede contigo por la eternidad.
Pero también debo pedirte disculpas abuelo, porque mis más vivos recuerdos de ti, son en este estado más vulnerable, cansado del mundo y de todo, también perdón abuelo, porque siento que poco a poco tu voz se me olvida, tu voz que ya no está aquí, esa voz que dejo de pronunciar mi nombre, porque derramo lagrimas al verte así, me rompo en pedazos, porque no puedo ser fuerte.

2 comentarios:

  1. Nada podría describir mejor quien era mi abuelito que este hermoso escrito, me alegra saber que las memorias de mis abuelitos no morirán porque tienes tantas historias que contar Dianita gracias

    ResponderEliminar
  2. Valentina muy lindo tu comentario. Gracias.

    ResponderEliminar