viernes, 20 de enero de 2012

El árbol poeta

El árbol se encontraba fijo al suelo así como miles de otros árboles, pero este árbol era un poco diferente, nunca se acostumbro a su naturaleza, ni siquiera era consciente de quien lo había bautizado como "Árbol", ni porque tenía que estar atado a sus raíces, sin poder caminar. Un día su viejo amigo el Viento le dijo que existía un lugar llamado bosque, donde muchos como el habitaban, a este árbol le encantaba oír las noticias que el viento le traía, pues soñaba con algún día conocer el lugar de los relatos de su amigo, soñaba que un día escapaba durante el amanecer y emprendía su viaje junto al viento, pero siendo honestos, el árbol y nosotros sabemos que probablemente toda la raza humana muera antes de que el árbol se libere de sus raíces, el árbol era soñador pero no tonto, aunque este no era el único sueño que tenia, ¿ porque que árbol y hombre puede ser capaz de tener solo un sueño ?, el árbol estaba enamorado de un arbusto que se situaba siempre frente a el,.Al pasar de los años su amor iba creciendo, se podía decir que la fuerza con la que las malvadas raíces lo ataban eran menos  o igual que su amor.
El lugar donde se encontraban era un lugar bastante tranquilo, muy tranquilo para un árbol como este, era el único de su especie en ese lugar, especialmente en el patio de una casa roja y vieja pero hermosa en verdad aunque el árbol en cuestión  era un poco mas viejo, pero su espíritu de juventud seguía intacto, ademas quienes somos nosotros para medir la vejez de un árbol con tan solo mirar su tronco, ni mucho menos el ciclo de vida que llevan estos. El amor que el árbol sentía por el arbusto siempre fue igual, desde que Erlinda, la dueña de la casa trajo al lindo arbusto, el árbol se fijo en su color verde, le gustaba de todas las formas, le gustaba cuando su cabellera era larga y despeinada, también le gustaba ver como le cortaban el pelo y como poco a poco le iba creciendo, como el viento le rosaba su pelo, y admiraba mucho su personalidad, pues era tranquila y contenía mucha paciencia. El árbol ya había descartado la idea de visitar el bosque, entonces decidió concentrarse del todo en acercarse al pequeño arbusto, acercarse un poco a su corazón y saludarlo, esta idea le parecía mucho mas razonable, la distancia era poca, y era preferible caminar 5 pies o en este caso raíces, a 1280 o quizás mas.  
Ingenio durante años la mejor manera de lograr liberarse de sus raíces, pero por mas que lo intentaba fallaba,
no había forma de poder liberarse, para el momento ya había perdido cualquier clase de esperanza, nunca iba a poder estar cerca de su amor, ni tampoco saber si su amor era correspondido para poder acabar con esta angustia, pero un día cuando el árbol se despertaba, abría poco a poco sus ramas, y saludaba al sol y a su amor, le vino una grandiosa idea a la cabeza,  decidió escribirle, escribirle cada palabra que había callado durante años, el árbol pensaba y pensaba rimas y poemas para dedicarle a tan pequeño arbusto que inspiraba tan grandes sentimientos.
Sus hojas le servían de papel, en ellas se podían observar los mas maravillosos poemas jamas escritos por un árbol, con ayuda de su amigo el viento, sus hojas caían bastante cerca del arbusto, el esperaba que con cada hoja recibida esta se enamorara tanto como el lo estaba, aunque el árbol nunca supo si aquel arbusto leyó algunas de las letras que inspiraba, solo escribía, escribía con la esperanza de poder tocarle el corazón, al fin y al cabo era poeta, el poeta escribe sin saber si alguien lo leerá pero con la esperanza que sea así, escribe con la esperanza de que la persona que inspira versos le llegue las letras que le corresponden, de alimentar la incertidumbre que al fin y al cabo resulta siendo el mismo amor, porque el amor abarca toda clase de sentimientos, Entonces tenemos a este árbol poeta que ante la impotencia de no estar cerca a su amada ingenio la forma de llegar a ella 

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