viernes, 16 de agosto de 2013

Efímero

Qué tiempos, corazón,
el que nos hemos inventado.
Aquí sentados, toda la
eternidad ha pasado.

¿Viste también a la soledad?
Nos venía buscando
para arrastrarnos.

Nos quería llevar al espectáculo
donde la primera guerra del mundo y
la última se confundían y solo bailaban un vals
que olía a muerte.

Nuestro futuro no vino
pero ahí estábamos en nuestro entierro. 
La humanidad entera nos lloró
y entre sollozos y gritos, la vida floreció.

¡Mira nada más cuántos imperios vemos desde acá!
todo lo que el olvido no escribió y el alma ignoró,
la vida recostada y ellos peinándola;
esclavos de lo desconocido, aventureros temerarios.

Todos nos decían: ¡Salid a vivir!
y casi creímos en la infinitud que guarda lo fugaz,
casi que tuvimos fe en el tiempo.

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