miércoles, 6 de febrero de 2013

La casa del silencio

Boca perdida entre bocas buscadas.
Las palabras sin pronunciar
se quedan entre telarañas,
entre el aire de las cosas olvidadas.

Habitan en la casa del silencio
que es hostil y amistosa;
idónea cuando es por elección propia,
fatal si nos secuestra por si sola.

Los recuerdos se confunden con
lo que nunca aconteció.
El mañana, el hoy y el ayer
son la misma cosa en la memoria prodigiosa.

¿Quién le dice al viejo que no vivió?
Si es libre de perderse en su laberinto
y repetir un recuerdo ajeno.
Es libre de ignorar el tiempo y arrojar
los años al viento.

En la casa del silencio
hay ruido y mucho frío.
Está la soledad y el olvido,
lo infinito.
                                                 

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