En el agua están las cenizas
de un amor a medio hacer;
que se consume entre miradas.
Entre dos imposibilidades tan posibles de ser.
Andan escondidos en la sombra
y la penumbra mientras que
vierten sus lágrimas en un vaso
lleno, a la mitad, vacío.
No sé sabe bien a lo que temen
¿será la luz del sol que les dispara,
que los obliga a saltar por la ventana,
que les muestra sus máscaras?
O ¿ será el miedo a ser libres,
a quedarse atados a la noche por barreras invisibles,
a estar solos solo en sueños,
al prejuicio de ojos titilantes?
Pero el único dictamen de los amantes
es amarse ya sea en el invierno del verano
o en el rechazo de los de ahí, de allá, de los que vienen
y los que vendrán
de los que no importan ya.
Son aman-tes, aman-dos.
Queriendo ser uno en dos.
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